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Los judíos que vivían en las ciudades griegas vecinas estaban obligados a comer la carne de los animales que se ofrecían en los sacrificios de los dioses griegos. Esa ley fue impuesta a petición de los habitantes de Tolemaida. El que no aceptaba las costumbres griegas era condenado a morir. Todo esto fue sólo el comienzo de la desgracia que vendría después.

10 Así, por ejemplo, dos mujeres fueron acusadas de circuncidar a sus hijos. Como castigo, les ataron sus hijos al pecho y las arrastraron por toda la ciudad. Después las arrojaron desde lo alto de la muralla.

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